Don Antoni, pero ¿usted quién era?

Antoni Gaudí es, con permiso de Leo Messi, el gran icono de Barcelona. Un artista asociado para siempre a una ciudad por obra y gracia de su obra. Como The Beatles en Liverpool, Woody Allen en Brooklyn o Camarón en Cádiz. Solo que en arquitecto. Según un estudio minucioso efectuado por un servidor y tres amigos —todos universitarios, algunos incluso leído—, 9 de cada 10 japoneses que pasean un sábado cualquiera por Paseo de Gracia han viajado a la capital catalana siguiendo, casi exclusivamente, los pasos de Gaudí.

Quieren conocer al tipo que un día imaginó los pináculos de la Sagrada Familia; el mismo que decidió crear un leve oleaje en la fachada de la Casa Milà y el que pensó que un enorme dragón multicolor —¡demonios! ¿por qué no?— decoraría la entrada del Parc Güell. Y todo esto, hace más de cien años. Lo que ocurre es que Antoni Gaudí no es fácil de conocer. El arquitecto, sí: siete de las ocho obras de Gaudí declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco están a tiro de metro —el Parc Güell, la Casa Milà, la Casa Vicens, la Casa Batlló, el Palacio Güell, la cripta de la Sagrada Familia y su Fachada del Nacimiento—, mientras que a la octava —la cripta de la Colonia Güell— se puede llegar fácilmente en ferrocarril. Pero la persona es más escurridiza. ¿En qué creía? ¿Por qué la naturaleza era tan importante? ¿Fue aceptado por la burguesía de su época? ¿Cómo trabajaba? ¿Cuáles eran sus raíces? ¿Realmente fue un revolucionario?

Hasta ahora era complicado encontrar un espacio único donde profundizar en la obra y la personalidad del genio de Reus, pero hace unos meses abrió en el Barrio Gótico de Barcelona, junto a la Catedral, el Gaudí Exhibition Center, un centro diseñado para contestar de manera lúdica y con ayuda de tecnología e investigación a la pregunta del millón: Don Antoni, pero ¿usted quién era? En el interior de la casa de la Pia Almoina, la sede del Museo Diocesano de Barcelona, el Gaudí Exhibition Center pone boca arriba las cartas que definen al maestro. La exposición Paseando con Gaudí profundiza en su entorno a través de 22 audiovisuales, varios espacios multimedia, 20 maquetas, réplicas, escenografías y utensilios de trabajo. En total, más de 150 metros lineales de
vitrinas distribuidos en tres plantas. El mundo gaudiniano como jamás se había visto, oído y casi palpado. El recorrido, dividido en bloques temáticos a lo largo de siete salas diferentes, se apoya, por una parte, en el trabajo del grupo de investigación Gaudí Research Institute; y por otra, en las últimas tecnologías multimedia, que van desde un video prólogo de 180 grados y varios hologramas hasta pantallas táctiles y un paseo en realidad virtual por la cripta de la Colonia Güell.

El mundo digital está muy bien, pero en las vitrinas del Gaudí Exhibition Center también aparecen cosas reales —madera, hierro, papel y cristal—. Revistas de la época para entender el contexto, mesas de trabajo, maquetas polifuniculares que reflejan la visión tridimensional de sus ideas, y facturas originales, así como el legado que dejó a los que continuaron marcando tendencias. Todo esto reúne este nuevo espacio dedicado al más célebre y desconocido de nuestros arquitectos.

Publicado en la revista LING (Vueling) por Daniel Martorell, abril 2016.

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