Un estudio indica que sólo un 13% de los nuevos productos que se lanzan al mercado funcionan, pero un 90% no cubren las expectativas de las empresas.
Barcelona. La innovación en la industrial alimentaria española está sumida en un círculo vicioso del que es difícil escapar y que provoca un alto índice de fracaso en el lanzamiento de nuevos productos. Esta es la principal conclusión de dos estudios presenta dos ayer por AECOC en el marco del Salón Alimentaria que se celebra en la Feria de Barcelona.
Estos estudios revelan que sólo un 13% de los nuevos productos que se sacan al mercado funcionan. El listón, sin embargo, se sitúa bajo: este éxito significa alcanzar un 4% de las ventas en su categoría. Pero incluso muchos de los que funcionan no cumplen las expectativas de los fabricantes. Un 90% de los productos no cumple con los objetivos marcados.
El círculo vicioso de la innovación en el sector alimentario lo describe el profesor del IESE José Luis Nueno; en la alimentación el consumidor español es muy conservador. Esto hace que los nuevos productos no triunfen y, por lo tanto, la industria invierte poco. Además, la distribución no facilita esta innovación. Es muy difícil mantener un producto en el lineal si no se vende.
Para romper este círculo propone, primero, un consenso entre la ciencia, las administraciones y los productores. Es necesario que den un mensaje univoco sobre la bondad de los nuevos productos.
A este factor se unen otros, como la inferior inversión en publicidad respecto de otros países a la hora de lanzar un nuevos productos. La inversión publicitaria en España es una cuarta parte de la de Inglaterra o Alemania o la mitad que en Francia. El estudio constata además que en España es muy difícil “echar a una vieja gloria” del lineal para cambiarla por un producto nuevo. También influye en la implantación de productos nuevos la estructura de la distribución. En muchos países europeos cuatro o cinco grandes empresas dominan la distribución con lo que resulta mas fácil introducir una novedad, mientras que en España, pese al proceso de concentración, todavía juegan más operadores.
