El consumo de la emoción

La caída de precios de muchos bienes está propiciando una nueva clase de gastos

 En la era de la hipermodernidad, del agua mineral, el móvil, las pastas integrales y el té, el consumo cada vez esmás inmaterial. El neo–consumidor busca comunicación, afecto y experiencias antes que acumular aparatos y cosas. Puede sonar raro estos días de desenfreno, pero los viejos tótems del consumo se están quedando out.

Según José Luis Nueno, “los consumidores, en cuanto ven una necesidad resuelta, banalizan el producto que la satisface. A partir de ahí, sólo va a buscar que el precio sea más bajo posible para poder dedicar los recursos liberados a otra cosa. Eso está ocurriendo hasta con el volar, que por efecto de las esconomías de escala europea ha quedado banalizado en España”.

 

  

José Manuel Garayoa recoge la opinión de José Luis Nueno en este artículo publicado en La Vanguardia, el día 25-26 de Diciembre de 2004

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