Como hacerse millonario en el aire

Hace un par de semanas Delta y Northwest anunciaron sus intenciones de fusionarse para crear la aerolínea más grande del mundo. Este propósito, enunciado por dos operadores que salieron de la bancarrota (los dos) hace menos de 18 meses, se hizo días después de que Northwest anunciara, el 3 de Abril, que subía las tarifas para repercutir los costes de carburante, y, casualmente, Delta también, aunque enfocado en cargar costes de tramitación a los billetes pagados con puntos, o subir las tarifas de las mascotas viajeras.

Al eliminar alternativas y reducir la competencia, las fusiones llevan a precios más altos, y peor atención al cliente, en particular si la compañía resultante reduce capacidad y rutas poco rentables, más aun en estos tiempos de costes de carburantes en alza. Los analistas del sector esperan, si la fusión sale adelante, una cascada de operaciones similares por parte de otros jugadores americanos.

Desde el 11 de Septiembre de 2001 hasta 2006, el sector perdió en EEUU 30,000 millones de dólares; eliminó el 40% de sus trabajadores, 150,000 personas; la emergencia de competidores de bajo coste ha supuesto también que los salarios medios del sector se hayan depreciado 30%.

En Europa, donde las aerolíneas de bajo coste luchan por obtener cuota de mercado y los beneficios del sector se resienten, se anuncian procesos de consolidación como el de Alitalia con Air France (puesto ahora en tela de juicio por la elección de Berlusconi), el de Ryan Air sobre AirLingus (pendiente de autorización regulatoria), o el de Air Berlin con LTU y Condor, por citar tres.

En nuestro país, Iberia se quiere quedar con Spanair, y ClickAir con Vueling, aunque se escriba del revés. El resultado de las dos operaciones tiene serias implicaciones para nuestra ciudad, y para la extraordinaria infraestructura que AENA ha construido al Sur del aeropuerto.

A mediados de los 1990s, Barcelona tenía el mejor aeropuerto de España. Iberia servía el mercado catalán de manera comprometida. Spanair, proporcionaba un modelo alternativo con precios más bajos, modernidad, garantías de puntualidad, y nuevos destinos. Air Europa trajo también precios bajos y asientos estrechos.

Ya en este milenio, Vueling se adelantó a Easy Jet y al jardincillo de low cost que, convertirían a nuestra ciudad en el destino predilecto de la vacación corta.

Iberia se largó de aquí, poco menos que a la francesa, creando un hub en la magnífica Terminal 4, recién inaugurada en Madrid. Los hubs traen ahorros de costes reales, pero sobre todo, la concentración de la flota impide la entrada de competidores, ya que la línea que domina el hub puede jugar con su “variedad” de vuelos, compartir códigos o  influir sobre las decisiones de los pasajeros con sus programas de puntos. Como las fusiones, la reducción de la competencia que viene de la mano de la “construcción de fortalezas” o hubs perjudica al consumidor. A lo bruto, podríamos decir que hoy Madrid tiene la variedad en destinos, y Barcelona los precios

Hoy, las aerolíneas de bajo coste crecen en cuota y rentabilidad muy por encima de las de bandera. Easy Jet y Ryan Air, sumarán este año 100 millones de pasajeros. Los analistas financieros las valoran con múltiplos que triplican las mejor gestionadas de bandera.

Con aviones nuevos, y por tanto más eficientes en consumo de carburante, con modelos de distribución desintermediados, operaciones eficientes, nóminas deshinchadas, habilidad para hacer “upsell” al pasaje con productos y servicios, y una talla creciente, han hecho de los aeropuertos españoles, los franceses y los italianos su objetivo, empezando por aquellos que, como Milán, Orly o Barcelona han sido abandonados por carriers de bandera. Entre  los 7,000 aviones en cartera de los fabricantes de aviones de pasajeros están los pedidos de las low cost, a precios más antiguos y bajos que los más recientes, que deben su encarecimiento al boom de China, India y Oriente Medio. Ello permite especular la prolongación del ciclo de dominio de las low cost unos años más.

Cuando Iberia se fue de Barcelona dejó algunas pastillas envenenadas a quien viniera detrás. Una es Clickair, un regalito dirigido a Vueling. La competencia entre ambas, a las que se sumaron los grandes operadores europeos de bajo coste, ha creado una guerra de precios de una tenacidad que ha puesto a las tarifas de Barcelona por los suelos y a los contendientes en pérdidas. El precio del carburante ha hecho el resto del trabajo.

 

La idea de que en 2008 Iberia se compre a Spanair y ClickAir protagonice esta fusión (inversa) con Vueling,  es inquietante. Las fusiones entre líneas aéreas no resuelven ningún problema de los que tienen hoy, pero nos perjudican a nosotros. La idea de que Iberia compra Spanair para mejorar el servicio en Barcelona es obscena. Si la única línea aérea del mundo interesada en comprarte es tu competidor directo, ya nos podemos imaginar cuál es tu destino. Sospecho que si sucede, Spanair desaparecerá de Barcelona; bien porque es desmembrada, o para fortificar aun más el hub de Madrid con una “segunda marca”, o una combinación de ambas.

Lo que resulta ya sorprendente es que se anime, simultáneamente, la fusión entre Vueling y Clickair. Las low cost son una revolución tecnológica. Pero por encima de todo, son el resultado de una cultura de costes bajos. La cultura de Clickair no tiene nada que ver con la de Vueling, más un operador de estilo de vida que de descuento.

En este entorno de abandono (empresarialmente legítimo, aunque inaceptable para los clientes que lo padecemos) tener más líneas aéreas en tu aeropuerto es mejor que tener sólo unas pocas.

La próxima vez que sobrevuelen el Aeropuerto de Barcelona, miren ese pedazo de Terminal que ha levantado AENA, frente al mar, en plazo, presupuesto y racionalidad. Esa de la que no habla nadie. La que vuelve a dotar a Barcelona de la mejor infraestructura aeroportuaria de España. No se parece en nada a la Estación de Sants, donde Renfe explota en régimen de monopolio un modelo de transporte de alta velocidad.

Iberia, aquí, quiere ser Renfe, y como esto saca del apuro a varias compañías en pérdidas,  puede acabar sucediendo. Si pasa, la única competencia generalista no controlada por Iberia será Air Europa, y si quieren saber cómo será, visiten latiendaencasa.com, de El Corte Ingles. Por cada 100 euros de compra, reciben ustedes de regalo dos billetes de AE a cualquier destino de España. Lo que decía Branson: si quieres hacerte millonario en la aviación, empieza billonario.

 

Artículo de José Luis Nueno publicado en Dinero – La Vanguardia, el día 27 de Abril de 2008

Foto: AGE

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