¿Nos vamos de vacaciones o no?

Lo peor que tiene irse de vacaciones este verano es lo que nos podemos encontrar al volver. En cualquier caso, yo diría que la suerte ya está echada para la mayoría de los iniciados en esto de abrirse un par de semanas. ¿Afectará la crisis también al turismo?

El sector turístico dispone de estadísticas tan recientes como de finales de Mayo de 2008. Con esos datos en la mano, no les puedo alarmar. El número de pasajeros que se desplazaron en una semana típica de este año por motivos de ocio creció, aunque muy por debajo que en el trienio anterior. Caen los que lo hacen por trabajo, pero los compensan los ociosos.

El mercado turístico español es el resultado de la suma de los visitantes extranjeros y los  españoles. Si atendemos a las pernoctaciones en hoteles, la tónica general es también que estas disminuyen por menor afluencia de nacionales, mientras que el número de huéspedes internacionales crece. Así sucede en Barcelona, en Madrid, o en Bilbao. Valencia y Sevilla retienen a ambas clientelas. Lo mismo sucede en  Burgos o Granada, por traer a colación destinos menores.

Las nubes del sector del turismo en nuestro país las ponemos los indígenas. ¿Por causa de la crisis? Creo que no. Cuando se pregunta a un español (o a la mayoría de los Europeos) a qué dedicaría un ingreso imprevisto (un regalo, una herencia, o paga extra, nada de los 400 euros), la respuesta más citada es, desde hace casi un decenio “a ir de vacaciones”.

Una amiga hotelera me comentaba hoy que “…no hay un problema de número de turistas, sino de gasto. Desde hace años preferíamos atender al español, porque era mucho más rumboso, pero ahora se están yendo a otros destinos”

El turismo sufre presiones más intensas que la crisis del consumo. Ha mutado el tipo de vacación, que se ha acortado, se ha espaciado y urbanizado. Las aerolíneas de bajo coste se apoderan de los aeropuertos que abandonan las de bandera, se llevan a los españoles hacia el norte, y llenan los hoteles de nuestras ciudades de extranjeros, todo el año salvo en Diciembre y Enero, cada semana de jueves a lunes.

El área dólar atrae españoles como el crack a sus adictos, que enfundados en su camiseta de Abercrombie, forman parte del mobiliario de las tiendas neoyorquinas.

El comercio electrónico no sólo ha hecho posible comprar las vacaciones baratas, sino inmediatas. Un turista puede seleccionar y comprar hoy una semana en Canarias como si fuera un bañador. Si acompaña el clima, compra. Si no, espera o cambia el destino, ya que la oferta y su variedad crecen año en año.

No creo que en 2008 España  pierda muchos de sus 52 millones de turistas. Pero estoy seguro de que Agosto y la playa están destinados a encoger. Nos vamos de vacaciones, sí, pero muchos ya hemos ido.

 

Artículo de José Luis Nueno publicado en Dinero – La Vanguardia, el día 22 de Junio de 2008

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