El fin de en medio: sálgase de ahí

 La crisis del crédito global se ha adjudicado un protagonismo en esta recesión tan exagerado como interesado.

¿Tiene usted alguna duda de lo poco que cambiará su vida si regresa el crédito?

En lo que ojala sea el paso de Ecuador de esta recesión, nos encontramos con los mismos problemas que antes, agravados por el transcurso de un par de años.

El mundo después de la crisis del crédito será diferente, pero por otros retos, de tales magnitudes que algún día nos avergonzaremos de haberlos reducido a algo casi irrelevante. Hay cerca de una docena de tendencias concatenadas que ponen en cuestión  el mundo en el que vivíamos, especialmente, en las economías llamadas avanzadas.

La más importante, una con la que llevamos bregando años y con la que, cada vez peor, seguiremos viviendo, es la globalización.

La globalización se deja sentir hoy con toda su crudeza, y lo hace de muchas formas. Una manifestación particularmente inquietante es el llamado “reequilibrio del consumo global”.

Goldman Sachs publicó hace pocas semanas un estudio titulado “El equilibrio global del consumo gana impulso” que expone la tesis de que el consumo está migrando (se está reequilibrando) intensamente desde los Estados Unidos y las otras economías avanzadas hacia las emergentes; en particular hacia las de los gigantes asiáticos o para no señalar,  hacia los globales emergentes.

Esta tendencia ya se estaba produciendo antes de la recesión, pero el desempleo y el empobrecimiento de las clases medias de las economías avanzadas,  agudizados por la recesión, están propulsando el consumo de las economías emergentes y su peso sobre la global. Ese y otros estudios sostienen que éste puede despegar de su posición actual,  27% hasta empatar con el de los países emergidos, a finales del próximo decenio. 

Si esta recesión marcó, en diciembre de 2008 el momento más bajo del consumo global, este indicador lleva 9 meses en positivo y en crecimiento progresivo.  El mundo, en septiembre de 2009, puede estar experimentando aumentos en consumo de los hogares próximos al 2%. Pero ¿a que a ustedes no les parece así? ¿a que esto no pasa en su barrio? Este dato es el resultado de promediar el crecimiento de 4% que pueden acabar ostentando las emergentes con el de las avanzadas, que se sitúa entre nada y menos de 1%.

El consumo crece, sí, pero no aquí. En eso consiste el “reequilibrio”.  China (9%), India y Brasil con 4% serán las locomotoras de las emergentes (que también tienen farolillos rojos como México y Rusia con tasas negativas).

El magro progreso que experimentan las economías avanzadas también tiene truco: el que resulta de promediar el 1% de Alemania con el 0,5% de Francia o el -2% de Reino Unido y España entre otros.

La microeconomía refuerza estos datos.  Los tenderos chinos, brasileños o hindúes (y las empresas de distribución globales con actividad significativa en geografías emergentes mejoran el pronóstico sobre su valor en bolsa).  Por ejemplo, ya no se habla bien de Inditex por tener un modelo de moda rápida único, sino porque ha bajado su dependencia del mercado español por debajo de 30% de sus ventas, y ha puesto su bandera en Latinoamérica, en Asia, Rusia y Oriente Medio.  Lo mismo le pasa a Uniqlo respecto a Japón, y no les pasa a muchos tenderos norteamericanos que no saben poner a viajar sus tiendas, sus conceptos.  Una excesiva dependencia en el G3 o en el G7 y sus teloneros es un hándicap que amenaza en volverse crónico.

Ese rápido giro del consumo hacia los mercados emergentes ¿a qué causas obedece?  ¿dónde dejaremos de consumir los emergidos y dónde van a empezar a hacerlo los emergentes? 

Las causas de la contracción del consumo

Con los costes de energía, materias primas, y productos básicos resultantes de las guerras de precios y la actitud casi obsequiosa de los que les intentan vender cosas; con tipos de interés que rozan el desinterés, con todo esto, sorprende que en los países industrializados nos neguemos a consumir como lo hacemos. Claro, con más de 4 millones de parados y en Agosto, con un millón que había agotado la prestación por desempleo, esta reticencia es la actitud más prudente. Cada mes se agota para 15% de los que la siguen percibiendo y este es un factor que pesa en la confianza del consumidor por encima de los demás.

En Marzo de 1996 los 39 millones de residentes en nuestro país tenían, por cabeza,  una deuda que no llegaba al 45% de su renta anual disponible. Cada uno de ellos debía algo más de 3.500 euros (entre hipotecas, préstamos, o tarjetas) En Marzo de 2005, los 44 millones de residentes ya debían lo mismo de que disponían: 12.600 euros. En Junio de 2009, cada uno de los 46 millones debía 25% más de lo que disponía: 20.000 euros. En un hogar de tres, 60.000. Otro dato tan falso como un promedio. Algunos deberán mucho más, otros nada.

En consecuencia, por lo que pueda pasar, ahorran más que los franceses y que los ingleses en porcentaje de renta disponible. Más que los japoneses. Sólo superados por los suecos, que están forrados.

Desempleo, endeudamiento y ahorro lastran nuestra posibilidad de consumir, y la de casi todas las economías avanzadas, con niveles de desempleo y endeudamiento muy superiores a los de las emergentes. Se cargan una clase media que pasa de viajar a bajo coste y comprar ropa barata a depositar indemnizaciones en bancos, y a ahorrar como si su vida dependiera de ello. 

¿Qué dejaremos de consumir?

El sector de alimentos y bebidas, experimentó su primera caída en facturación en 25 años a principios de verano.  No es que comamos menos (kilos, litros, o frascos) sino que la guerra de precios iniciada en diciembre de 2008 la hemos notado en el monedero seis meses después.  Lo notamos en euros, el cuánto, el cómo y el dónde. Comemos un poco peor, y se desayuna más en casa y menos en el bar. Muchos han tenido que cerrar.

Todo el mundo come, y en eso estamos de acuerdo emergentes y emergidos. Ellos viajan menos, gastan menos en ocio y en comer fuera de casa.  Lo harán, en sus países, cada vez más conforme puedan pagárselo. Nosotros lo haremos cada vez menos. Joan Martí, responsable del Cluster de Comida de Gourmets de Accio10, sostiene que sus “clusterizados” son la punta de lanza que debería abrir estos mercados y que el reequilibrado exige cómo mínimo, ganar cuota de atención homologable a la que se ha de desmontar aquí.

Aquí hay un coche por cada tres residentes.  En China 1 por cada 25.  En agosto las ventas ahí crecieron 90%. Ellos se pagan su salud y educación (a lo que dedican 40% de su renta disponible) y aquí no llegamos a 15% dado que ambos son prestaciones públicas a la que se destina 11% de nuestros presupuestos generales. Ahí sus gobiernos sólo 5%, una política que evolucionará con más personas ocupadas, más recaudación y prestaciones sociales globalmente convergentes. Ocupación y renta crecientes y mayores prestaciones sociales permitirán a las enormes clases medias emergentes un mayor gasto discrecional. Mientras, aquí nos pasará lo contrario (menos empleo, peor remunerados), justo cuando lo van a necesitar más personas, menos recursos destinados a prestaciones sociales.

Si a usted le cuesta cada vez más llegar a fin de mes, consuélese al menos en que está usted ayudando a construir la clase media de todo el planeta ya que en 2030, se habrán añadido a nosotros 2.000 millones. En otro sitio.

 

Artículo de José Luis Nueno publicado en Dinero – La Vanguardia, el día 15 de Noviembre de 2009

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