De excursión a la recesión

De acuerdo a varias bases de datos que recogen cerca del 20% de todo el consumo que llevan a cabo lo españoles, a partir de diciembre de 2009 éste rompió con su tendencia negativa, y mejoró continuamente hasta el mes de julio de 2010. Se podría afirmar que diciembre del año pasado marcó un punto de inflexión en la recesión, al menos en lo que a consumo se refiere y que a lo largo de todos los meses entre enero y junio de 2010 este había tomado una senda positiva y creciente.

Esta reactivación tenía tres rasgos positivos: en primer lugar una alta participación del gasto discrecional; el consumidor español estaba volviendo a dedicar una parte significativa de sus compras a lo que le apetecía y no solo a aquello que necesitaba.

El crédito aumentó, ya que el consumo crecía también en esta modalidad, por encima incluso del débito. Así, comercios, bancos y entidades de crédito debieron abrir algo la mano y empezaron a prestar a ciudadanos que habían conservado su “rating” con ellos y a los que a lo largo de esos 18 meses de disciplina, frugalidad y ahorro habían liquidado del todo o en parte su descubierto  y recuperado su calificación.

El tercer elemento en positivo se refiere al gasto de los españoles fuera de España (aquel que llevan a cabo en sus desplazamientos al extranjero) que aumentó incluso desde principios de 2009 pero especialmente en el primer semestre de 2010. Algunos de nuestros compatriotas no gastaban tanto aquí, pero sí lo hacían en sus viajes. De hecho, muchos de esos viajes tuvieron como móvil las compras, que  donde más crecieron fue en los países de zona dólar y libra esterlina, donde la robustez del euro les permitió hacerlas a un tipo de cambio favorable. A lo largo de 2010, el crecimiento en gasto de los españoles en área dólar perdió inercia, pero el desembolsado en la zona libra creció un 11%.

Los datos recientes de AENA referentes a nuestro aeropuerto confirman una tendencia positiva de viajeros hasta junio, con excepción del mes de las cenizas volcánicas.

Otro gasto que se ha recuperado y es relevante dado que se produjo en la antesala de la vuelta al cole fueron las vacaciones, ya que este año las hicieron en otros lugares muchos más que el pasado, como se percibe en la migración de gasto desde las grandes ciudades (más pronunciado en Madrid que en Barcelona) a los destinos habituales de costa

Por tanto, el regreso del gasto discrecional, el crédito y los desembolsos “exóticos” daban a entender en junio de 2010 que de manera modesta aunque consistente el consumo estaba de vuelta.

Algunos rubros han persistido en la atonía: por ejemplo, el consumo en juego, joyería y de manera agregada el que se realiza fuera del hogar (restauración, hoteles y espectáculos).

Durante los meses de julio y agosto, el consumo siguió creciendo sobre sus niveles de 2009, pero a una tasa menor, algo que se podría interpretar como un cambio de tendencia. La primera quincena de septiembre permitiría afirmar que la vuelta al cole y Septiembre van a ser mustios.

Se podría dejar tan solo en las buenas noticias justificándolo como hacen los tenderos en que este mes va a tener dos fines de semana feriados (en Barcelona el 11 y el 24 de septiembre) y un miércoles de huelga general. Otras razones que complican la comparación  son que más españoles se han ido de vacaciones este verano, hay otra vez gasto excepcional a restituir,  que puede obligarles a ser más cautos hoy.

Los colegios han empezado casi diez días antes haciendo que, una campaña que junto con la Navidad y  Rebajas tiene una trascendencia enorme sobre el resto del año se vea afectada. Dos semanas menos para comprar algo tan variado y complejo, incluso siendo de primera necesidad tienen, a gran escala, el mismo efecto que ir de compras a una tienda y en lugar de pasar los 30 minutos habituales, estar 15 ó 20. Se compra más rápido y menos, al margen de que se posponga parte de la compra para realizarla más adelante.

¿Qué pasó desde diciembre pasado hasta junio para que volviera el consumo?

Por diversos que fueran sus antecedentes económicos y situación familiar y laboral, los españoles reaccionaron como uno solo, cortando, reduciendo o posponiendo el gasto. Con el tiempo, este comportamiento único se ha desdoblado y puesto de relieve que muchos de nuestros vecinos han estado “de excursión” en esta recesión, mientras otros siguen “inmersos” en ella. No ha supuesto un cambio tan duradero en el comportamiento o al menos no en el de la mayoría.

Los excursionistas han mantenido su empleo, no estaban tan endeudados, y han ahorrado pero reaccionaron ante el pánico desatado a finales de 2008 peor de lo que su situación objetiva hubiera hecho esperar. La renta disponible de los “inmersos”, que pueden ser un tercio de los españoles, se ha visto reducida de forma real. Ellos u otros que, o de los que dependen han perdido su puesto de trabajo y muchas veces estaban, además endeudados.

Los “excursionistas”, habían empezado a regresar en diciembre de 2009 y lo siguieron haciendo hasta junio pasado. Cansados de reprimir su apetito por el consumo, de esperar a las rebajas o renunciar a la conveniencia de comprar “como siempre”; aburridos y con ahorros regresaron a las tiendas y demostraron lo reincidentes que son ante el consumismo, y lo poco dispuestos a renunciar a su libertad de elección plena.

Los “inmersos” no tienen esa opción, y su gasto de antes de la crisis tardará mucho o en casos no regresará.

¿A qué obedece y cuánto va a durar el frenazo que se ha producido? Para un tercio de los hogares españoles la situación sigue tan mal como antes de diciembre pasado.

El comportamiento caprichoso y neurótico de los otros ha recibido una colección de malas noticias (el aumento del IVA, el fin de los planes Renove, el recorte salarial de funcionarios, empleados públicos y pensionistas,  la devaluación potencial de los subsidios de desempleo para aquellos que estuvieran pensando en cambiar de trabajo, o el anuncio de más presión fiscal a rentas altas), que se empezaron a dejar sentir antes de vacaciones y tuvieron sus primeros efectos en julio y agosto.

Y unido a éstas,  esa vuelta al cole adelantada y sobrevenida ha cogido a los tenderos menos preparados que en otras campañas, y a los “excursionistas”, el 70% restante de nuestros conciudadanos, sin tiempo para reaccionar

En resumen, una mala vuelta al cole con dos lecciones: algunos consumidores tardarán mucho en volver, mientras que muchos más ya lo habían hecho, pero su intolerancia a las malas noticias nos recuerda que a falta de buenas, mejor no dar ninguna.

 
Artículo de José Luis Nueno publicado en Dinero – La Vanguardia, el día 03 de Octubre de 2010
Foto: Reuters

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