El rey es el accesorio

Solo tiene dos años, pero se ha colado en los armarios femeninos de medio mundo. Uterqüe. la nueva firma de Inditex. conquista a golpe de zapatos y bolsos de piel y precios populares. La diéresis democratiza el lujo. Por María Ovelar. Fotografía de Javier Moran.

Calidad. Esa palabra se repite como un mantra en las oficinas de Uterqüe. La firma femenina de ‘lujo asequible” que Inditex lanzo en 2008 ha convenido el término en filosofía. En Anelxo (A Coruña), su cuartel central, no hay carreras por los pasillos ni oficinas abarrotadas. Tampoco se respira tensión. La nueva marca de Amancio Ortega, ese visionario que supo ver dónde estaba el negocio de la moda hace 35 años, es el niño mimado de la familia. Bershka, Zara, Stradivarius, Massimo Dutti, Oysho -marcas del grupo- compiten con gigantes de la moda económica. Zara es líder mundial del sector por facturación, gracias a lo que Inditex superó a la estadounidense Gap en 2007. Y la sueca H&M, principal competidor a escala global, quedó rezagada este año. Uterqüe, especializada en calzado, bolsos y acceso­rios, no se siente tan presionada. Quiere escribir su historia despacio y con buena letra. Donde Zara es volumen, Uterqüe, exclusividad; donde Zara es millones de tiendas, Uterqüe, decenas.

Las oficinas centrales de Inditex siguen su andadura en Arteixo rodeadas de prados verdes y a medía hora del centro de A Coruña. Inauguradas en el año 2000 para el grupo, crecen a medida que el gigante se expande. Uterqüe -la última en instalarse- comparte edificio con Zara Home (fundada en 2003 y especializada en el hogar). En la primera planta, los empleados diseñan y discuten en un espacio diáfano y sin tabiques, más parecido al de la redacción de un periódico que al de las oficinas de una firma de moda. “Se trata de generar una charla democrá­tica”, argumenta David de la Iglesia, responsa­ble de recursos humanos. Andrea Albos, una de las diseñadoras, añade: “Es una conversación coral, participan todos: patronistas, compras, marketing, diseñadores, la modelo que se prueba los prototipos…”. Albos, de 28 años, es

“UTERQÜE SE DIRIGE AL EJE DE EDAD Y RENTA QUE EL GRUPO NO CUBRÍA, MUJERES DE 35 A 65 AÑOS DE CLASE MEDIA-ALTA”, AFIRMA JOSÉ LUIS NUENO

una de los 30 empleados que trabajan en la sede de Uterqüe. La mayoría ronda ia treintena. Entre todos suman ocho nacionalidades. Según De la Iglesia, de recursos humanos, son la metáfora de lo que sucede en las tiendas.

Unas estanterías atiborradas de bolsos y otras prendas cercan el espacio. “Los traemos de mercadillos de segunda mano. Algunos están cochambrosos, pero los volúmenes, formas y detalles nos inspiran. El vintage está en nuestro punto de mira”, afirma Albos. Y afiade: “Damos mil vueltas a cada detalle”. Su discurso tira por tierra los dardos envenenados que la competencia lanzó en su momento. Aquel “Inditex no diseña,  copia”. Manuel Ruyman, de 29 años y también diseñador, apunta: ‘Viajamos,    acudimos a las pasarelas    y  consultamos webs de streetstyle y revistas. Nunca cogeríamos un diseño de Vuitton para copiarlo”. No escatiman en viajes. “Cuando volamos a Nueva York, Hong Kongo París, fotografiamos a transeúntes y escaparates”, dice Ruyman. Y si los diseñadores viajan, compras da la vuelta al mundo. ‘Buscamos los mejores proveedores y fábricas. Vamos a Asia unas cuatro veces al año”, asegura María Medems, de compras.

La máxima es cuidar cada detalle con la dedicación con la que una madre se ocupa de un hijo. “Uterqüe es el capricho de Amando Ortega. Las colecciones se nutren de muchas referencias, pero poco profundas. Por producto, hay unas 600 unidades, aunque las hay también de 300. En bisutería, de algunos modelos hay 80″, dice Carolina Diéguez, responsable de comunicación. Añade: “Todo se mima: los tejidos se compran en ferias europeas y no por muestrario [ta piel es de Italia); los bolsos y zapatos se elaboran artesanalmente en Elda y Petrer (Alicante]; el denim, en Turquia, y los collares (varios, de madreperla), en India”. Uterqüe no se anda con tonterías, hace las cosas por todo lo alto. “Si una piel no cumple con los requisitos, se devuelve aunque signifique un retraso de tres semanas”, explica el diseñador Ruyman.

El equipo dibuja un porvenir exclusivo. La firma es la más cara del grupo, pero su precio cunde. “En moda es el mejor valor por dinero que da Inditex. Los materiales son más nobles que los de Zara: cachemir, seda, piel..”, opina José Luis Nueno, profesor de marketing del IESE. Uterqüe se concibe antes de la crisis económica. “El accesorio es una parte esencial del boom de consumo que vive España en 2006. Es el único artículo de impulso que puede comprar una mujer que ha perdido la talla. No importa  cuánto mida o pese, siempre podrá comprar un bolso, un anillo o un zapato”, explica. “Es el crecimiento natural de Inditex para el eje de edad que no cubría. Se dirige a dientas que empezaron a vestir de Zara hace 35 años”. El nicho son mujeres de 35 a 65 años, señoras con un poder adquisitivo medio-alto que buscan la calidad de un Loewe -símbolo del lujo español- en versión asequible. “En el momento en el que Amando Ortega se plantea Uterqüe, Loewe está en declive. Dos firmas hicieron astillas del árbol caído. Tous y Carolina Herrera venden más bolsos que Loewe, y sus productos cuestan 190 euros, Uterqüe encaja entre los bolsos de 20 euros y los de 600. Es una fórmula inteligente”.

Uterqüe vende zapatos a 89 euros de media, bolsos a 149 y vestidos de piel a 169. El equipo rechaza el adjetivo coro. “El precio que marca la etiqueta es el que es porque ofrecemos calidad”, defiende Lila Lavasani, de compras y de 33 años. Femando Rama, director de tiendas, tira de anécdota. Al poco de nacer la firma, una clienta se acercó, bolso en mano, y le inquirió: “Esto no es piel, ¿verdad? No es que crea que su firma sea mala, pero el precio no corresponde a lo que tengo entre las ma nos”. Rama sentencia: “El producto se ha ganado a la clienta. En dos años hemos cambiado su mentalidad. Ya no cuestiona la calidad”, Belén Arroyo, responsable de comunicación de Tempe (central de bolsos y zapatos de Inditex en Elche, Alicante), asegura: “Perdemos dinero con algunos modelos. El precio es estratégico, se paga ta tendencia y se fija lo que la clienta puede pagar. Los beneficios proceden del volumen total de ventas”.

La marroquineria chic era un cebo que Amancio Ortega no podía dejar escapar. Bimba &  Lola, la firma creada en 2006 por María y Uxía Domínguez, tercera generación de los Domínguez, demostró que el lujo asequible era una fórmula infalible. Su lema “caprichos originales y versátiles” les funcionó. En 2007 alcanzaron unas ventas de 37 millones euros y cerraron 2008 con 50. Abrieron 70  tiendas en su primer año, una hazaña. Uterqüe se distancia de Bimba & Lola. Los negocios de la primera son pequeños. Los de Uterqüe, espaciosos y estratégicos. “Buscamos el mejor emplazamiento en cada ciudad: ha de ser un local vistoso situado en la calle principal de la zona comercial”, explica Rama, director de tiendas. la fórmula da prestigio: convencen sus escaparates, las dependientas y el producto. El boca a boca hace el resto. Uterqüe, como Inditex, no gasta en publicidad. La tienda es su caballo de Troya. Es lo que los analistas llaman “mancha de aceite”. Conquistan el mundo mediante locales insignia con notoriedad comercial y prestigio y se abren tiendas paulatinamente. Uterqüe cuenta con 70 tiendas en 15 países del mundo.

Otra piedra angular es la integración. En Inditex, y por ende en Uterqüe, lo hacen todo: diseño, fabricación, distribución. Entre el diseño de un artículo y su desembarco en tienda median semanas. En el caso de sus competidores, meses. La plataforma logística de Inditex en la localidad madrileña de Meco es el corazón que hace latir esa maquinaria. Tiendas como la de la calle de Serrano (Madrid I reciben mercancía tres veces por semana; las del resto de la Península, dos, y las más alejadas, una. “La comunicación entre la directora de tienda y el departamento de compras es esencial. Compras sabe qué se ha vendido, de qué color y talla. Así pueden reponer con algo parecido”, explica el director de tiendas. La apertura del primer local de Uterqüe en Pamplona el pasado julio tuvo una acogida espectacular. Cada lunes, comunicación recibe un e-mail con las ventas del fin de semana. Pamplona fue la cuarta en España. La sobriedad caracteriza a Uterqüe. Sus colores corporativos son el gris y el rosa pastel. Sus tiendas son de madera, y la iluminación, tenue. Como el empresario Amando Ortega, Uterqüe conquista por su anonimato, por su protagonismo silencioso, por su expansión calmada. La cadena facturó en 2009. su primer ejercicio completo, 44 millones de euros. No es una cadena de crecimiento rápido, pero con Inditex detrás se puede dar el lujo de la paciencia. “Queremos ofrecer calidad, pero no competir con Chanel. No nos interesa el logo. En nuestros artículos casi no se ve la marca”, dice Rama, director de tiendas. Controlan la imagen en todo momento: “Vigilamos dónde, cómo y cuándo sale un reportaje sobre Uterqüe”, confirma Diéguez. responsable de comunicación. En sus costuras reina también la perfección. Como el resto de los eslabones de Inditex. tas fábricas de Uterqüe en Elda y Petrer (donde se fabrican bolsos y zapatos) funcionan con precisión de relojero. Las empresas son amplias, la luz entra a raudales y los horarios son razonables. Elois dirige una de ellas. “Llevamos tres años con Uterqüe. Todo nos va mejor que antes. No se necesitan avales y pagan por encargo. Son exigentes y piden rapidez. Llevan las de ganar porque el que llega primero, llega dos veces”, sentencia Elois. Algo que Inditex practica desde el día uno. Hace ya 15 años.

 

María Overlar recoge la opinión de José Luis Nueno en este artículo publicado en El País Semanal (Extra), el día 08 de Octubre de 2010

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