AVINENT

Entrevista a José Luis Nueno, catedrático de la escuela de negocios IESE y doctor en Economía por Harvard, entró en contacto con AVINENT gracias a ACC1Ó (Generalitat de Catalunya). Nueno estudió a fondo AVINENT y su grupo matriz, Vilardell Purtí, y redactó un caso que se utiliza en clase con los alumnos de IESE.

P. ¿Por qué el caso de AVINENT se estudia en una escuela de negocios como IESE?

R. Nos interesa muchísimo, porque es un ejemplo absolutamente visionario y muy atrevido de transformación de una parte de una empresa. En realidad, yo diría que el grupo matriz, Vilardell Purtí, ya hizo una ejemplar transformación dentro de un sector y posteriormente, con AVINENT, realizó una disrupción, una migración a un sector diferente, de una forma ejemplar.

P. En realidad el germen está en la capacidad de transformación de Vilardell Purtí.

R. Totalmente. Si nos retraemos a sus inicios, vemos que era una empresa orientada a la fabricación de piezas metálicas para la industria tradicional en el ámbito local, que incorporaba pequeños componentes. En los años 80, se produce una reconversión mundial, una concentración de la industria del automóvil, electrodomésticos, etc. Vilardell Purtí pasa de tener un gran número de pequeños clientes, cercanos a su casa y que entienden su idioma, a tratar con grandes compañías con los centros de compra en Milán, Alemania, Londres o Detroit. Y empieza entonces lo que llamamos «commoditización»: pasar de fabricar un producto diferenciado a un commodity, en el que es necesario ser más eficaz, más económico, servir pedidos más grandes a grandes clientes. Y si por precio te dejan de comprar, te cierran. La empresa se reestructuró muy bien en ese sentido y todavía hoy sigue creciendo. En un negocio indiferenciado, vender por volumen y ser competitivo tiene mérito, porque ahora los ensambladores están fuera de Europa. Lo destacable de Vilardell Purtí es que hasta la fecha se han sabido adaptar a esas condiciones cada vez más duras y a la vez han sabido reinventarse con AVINENT.

P. ¿La clave de AVINENT es haber sabido escoger el sector?

R. Sí. Crear un negocio que tiene unas condiciones iniciales con una gran atractividad, no tan implacablemente orientado a coste. Lo que han hecho es complejo, porque si tú eres experto en algo, es muy difícil saber en qué otro campo podrás asegurar tu porvenir, y atreverte a ir hacia allí. Eso es lo que llama la atención de AVINENT. Hacer una disrupción de su actividad. Pasar de fabricar componentes de precisión para la industria a idear un producto propio por el que sí reconocen tu capacidad. Esto sucede en el sector que han escogido. AVINENT ha sido muy valiente, porque por muy buena que fuera su destreza en fabricar piezas metálicas, los niveles de mínimos que exige el sector médico no tienen nada que ver con los que demandaban los sectores para los que trabajaba antes. Para entrar en el sector de las tecnologías médicas (dental, en su caso) hay que ser bueno y demostrarlo. El premio es estar presente en un sector en el que hay la posibilidad de aplicar márgenes más altos. Hay que concluir que AVINENT ha realizado una muy buena selección estratégica de producto-mercado. Han respondido extraordinariamente bien a la pregunta: «¿Adónde voy yo desde donde estoy?» La empresa pasa de fabricar pequeñas piezas de precisión a vender implantes. De discutir por cuanto se producen miles de piezas a hacer investigación y desarrollar un producto nuevo. Es valiente jugarse el dinero en eso. Einstein decía: «Si quieres buena salud, escoge a tus padres». Yo diría: «Si quieres tener beneficios, escoge en qué sector compites».

P. ¿Y habrá que seguir innovando?

R. La situación actual les asegura un periodo prolongado, unos años en los que van a generar rentas sin la presión que existe cuando vendían piezas metálicas. Podrán seguir progresando antes de que, inevitablemente, pase lo que pasó en sus sectores anteriores. Porque todos los negocios se «banalizan», se commoditizan. Seleccionar bien el sector es fantástico, casi mágico, pero el problema que tiene es que hay que ser siempre valiente y saber cambiar. AVINENT ya lo ha demostrado y tendrá que seguir haciéndolo. Con los recursos que consigan ahora, podrán financiar la siguiente aventura, tal y como fabricar piezas para automóviles o el sector aeronáutico financió la creación de AVINENT.

P. ¿Y hacia dónde puede ser la siguiente aventura?

R. Seguir en el sector médico es una gran opción. Si las actuales generaciones viven 100 años, necesitarán piezas porque se les caerán todos los huesos… O las personas que ahora son jóvenes quizás volarán al espacio, y se requerirán piezas con especificaciones mínimas impuestas por las agencias espaciales. Mientras exista la innovación y las especificaciones rígidas y estrictas, siempre habrá un mercado para AVINENT. Si pasó de piezas a implantes, en el futuro puede pasar a manos ortopédicas, y de ahí al espacio. Y cada vez generar recursos para la siguiente aventura, en el momento (que siempre llega) en el que un competidor ofrece algo similar por más bajo precio. AVINENT ya ha demostrado arrojo y capacidad para adaptarse y hacerlo bien, y eso le da más posibilidades de seguir avanzando, crear producto de valor añadido y seguir creando empleo. Este tipo de valentía es la que deberían reconocer los gobiernos. Lo que también habría que preguntarse es «¿Por qué las cosas buenas sólo les pasan a las empresas pequeñas?». Y las grandes en general no son capaces de llegar a ese nivel de valentía y capacidad.

P. ¿La clave es la investigación y el contacto con la universidad?

R. La clave es el talento. Los discursos políticos sobre innovación suelen ser vacíos. AVINENT no existiría si no estuvieran detrás su presidente y su director general que hicieron una apuesta. Y que saben que conviene seguir siendo activos, no dormirse y seguir diversificando. Aunque no creo que se duerman, seguro que piensan en el siguiente mercado, y después en el siguiente. Y sí, están bien las colaboraciones con la universidad, pero siempre que haya talento. Si conviene asociarse con universidades americanas que trabajan para Cabo Cañaveral, hacerlo. Hay que ir a buscar el talento.

Entrevista extraída de la revista AVINENT Experience.

http://www.avinent.com/public/adjunts/revista_2_Revista_AVINENT_2_ESP1.pdf

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