El comprador cambia de bando

Los tiempos cambian y lo hacen a tal velocidad que la memoria no alcanza a recordar. 1985. Las cadenas de  distribución francesas se habían asentado recientemente en España trayendo un nuevo concepto comercial de mucho éxito: el hipermercado, luego asociado a una galería o a un centro comercial. Ese año se abrían tres, con los que el territorio nacional ya contaba con 46 de estos grandes complejos de alimentación, que en Alemania casi alcanzaban el millar y en el país vecino se acercaban a 500. Se imponía el estilo de vida americano, con una mujer recién incorporada masivamente al mercado laboral y las familias yéndose a vivir a los residenciales que se construían, con jardín y piscina comunitarios, en la periferia de las ciudades. Y disfrutando de su tiempo de ocio en unos recintos comerciales donde podían hacer la compra de la semana al tiempo que renovaban su vestimenta o acudían a ver la última película de la cartelera. Una moda que puso en pie de guerra al pequeño  comercio, que desde entonces viene centrando la batalla en los horarios comerciales.

Tres décadas después los centros comerciales ya no son las zonas de ocio que eran ni los hipermercados tienen el éxito de que disfrutaron. Las familias han reducido su tamaño, muchas han vuelto al centro de las ciudades y la compra “no se ve como ocio y lo que prima es la proximidad”, aprecia José Luis Ruiz-Expósito, socio de la consultora EY. De hecho, es precisamente la partida destinada al ocio, junto a los gastos de vivienda, la que más se ha incrementado del presupuesto familiar, superando el 16% del total en 2014 (casi lo mismo que comunicaciones, salud, enseñanza y transportes juntos) y prácticamente el peso que ha perdido la alimentación desde 1985.

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CUATRO TENDENCIAS

Nueno, autor de El declive de las calles comerciales considera que cuatro tendencias claras han marcado la transformación del sector del comercio y la distribución en las tres últimas décadas. Y son la concentración, la  proximidad, el formato y la revolución de Internet. En los últimos 30 años, explica, la concentración de las compras en un número menor de tiendas o cadenas ha sido muy importante, aunque todavía no ha tocado a su fin ya que “sigue habiendo demasiados puntos de venta que tendrán que cerrar porque pierden ventas,  proveedores y no son competitivos respecto a los jugadores más modernos”. El profesor de IESE prevé mayor concentración en alimentación, electrónica, mobiliario, textil, calzado, ferretería y misceláneas.

En la alimentación, que ya ha recorrido gran parte de su proceso de concentración, con la desaparición de una treintena de cadenas, según Fernando Pasamón, socio de Deloitte, seguirá habiendo cambios. Al menos así lo pretende Dia que, tras protagonizar la compra de los supermercados El Árbol y de 144 locales de Eroski, e introducirse en el sector de la droguería con la adquisición de las de Schlecker.

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Extracto del artículo de Carmen Sánchez-Silva publicado en en EL PAÍS • EXTRA COMERCIO Y DISTRIBUCIÓN • 30 AÑOS DE NEGOCIOS el domingo 28 de junio de 2015 

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