El consumo ‘low cost’ se enquista entre los jóvenes

La inflación y la incertidumbre económica están pasando factura a los patrones de consumo en España, cada vez más polarizados, advierte el estudio Todo es terrible, pero yo estoy bien (los españoles en la crisis del coste de vida), del profesor del IESE José Luis Nueno y editado por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc).

El libro, cuyas conclusiones se presentaron este, indica que los jóvenes viven en una crisis permanente y parecen “resignados a consumir ropa, restauración, ocio y turismo de bajo coste”. Por ello, considera Nueno, el principal problema de la economía española es la falta “de consumidores de recambio”. Tras analizar una base de datos de Fintonic e Intent HQ con 250.000 consumidores y 190 millones de actos de compra entre enero del 2022 y abril del 2023, constata que crecen los dos extremos de consumo y aumen­tan tanto las marcas y los bienes de lujo como las tiendas más baratas.

El contexto económico empuja a ello. La inflación el pasado año fue un 20% mayor para los ciudadanos que pertenecen al quintil más bajo de renta (inferior a 9.215,6 euros) que para los del quintil superior. Por ello, el primer y segundo quintil más bajos están recortando sus niveles de gasto, mientras los que pertenecen a los quintiles 3, 4 y 5 los están aumentando. De hecho, apunta el estudio, se estima que este año en Europa el gasto en artículos de lujo se incrementará un 12% (incluyendo el gasto procedente del retorno del turista chino y japonés).

El profesor de dirección comercial del IESE se observa también un enfriamiento del consumo hacia final de año. Después de un verano que todos los analistas apuntan como récord, el consumo en los últimos meses va a estar marcado “por la cautela y la racionalidad”. Y es que casi la mitad de la población se siente empobrecida y se declara preocupada por el impacto en su economía de la subida de los tipos de interés (69%) y por la persistencia de la inflación (55%), indica el libro.

Los consumidores, además, cuentan con una renta nacional disponible per cápita de 19.817 euros y gastan 22.598; por tanto, en términos agregados, gastan más de lo que ganan. Y es que, “a pesar de la tendencia positiva en la creación de empleo, los sueldos están creciendo más lentamente que la inflación y no absorbiendo totalmente esta última”, subraya.

En este sentido, el autor afirma que el consumidor pospandémico, para hacer frente al coste de la vida, recorta “en lo que quiere para seguir gastando en lo que puede”. Las categorías discrecionales que más han crecido son vestido, calzado y restaurantes, frente a caídas en delivery, educación y cultura o peluquería y salones de belleza.

Publicado en “La Vanguardia” por Maíte Gutierrez el 7 de julio de 2023.

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